miércoles, 12 de noviembre de 2008

Phoenix ya no renace de las cenizas marcianas



El robot explorador Phoenix, que tenía la misión de encontrar vida en Marte, ha dejado de funcionar. Nunca se esperó que la misión durara tanto tiempo.

La Agencia Espacial Estadounidense señaló que el laboratorio del robot ya no estaba enviando información a la Tierra y por lo tanto lo más probable es que esté descargado.
Los ingenieros de la NASA no han escuchado señales de la sonda desde el 2 de noviembre cuando llevó a cabo su última comunicación breve con la Tierra.
La misión duró casi seis meses, el doble de lo que esperaba y durante ese tiempo envió extraordinarias imágenes del Planeta Rojo y descubrió evidencia de que alguna vez hubo agua en la superficie del planeta.
La NASA afirmó que continuará tratando de hacer contacto con la sonda pero no espera volver a escuchar sus señales.
"Sin embargo, ya nos ha sorprendido en el pasado la robustez de este vehículo, así que seguiremos escuchando. Los orbitadores siguen volando sobre la superficie cada dos horas, así que constantemente encendemos la radio para tratar de captar si Phoenix sigue funcionando".

En busca de vida

Quizás el mayor logro de la sonda fue tocar el hielo en la tierra marciana.
Phoenix, que fue lanzado en agosto de 2007, se posó sobre las llanuras del norte de Marte en mayo de este año.
La misión tenía el objetivo de durar tres meses sobre la superficie, pero continuó trabajando hasta hace poco.
Durante sus operaciones sobre la superficie, el robot cavó, excavó, olfateó y analizó la tierra marciana para probar si ésta alguna vez fue capaz de sostener vida.
Su logro más espectacular fue convertirse en la primera misión a Marte que "toca el agua", gracias al hielo que descubrió a sólo unos centímetros debajo de la superficie.
Además, la sonda descubrió que en ciertos sectores del planeta, la tierra marciana es moderadamente alcalina, algo distinta de los suelos ácidos que se han visto en misiones previas en otras partes de su superficie.
Otros resultados clave incluyeron la identificación de carbonato de calcio en el terreno, que en nuestro planeta es el principal componente de la piedra caliza.
Phoenix también detectó partículas que se cree pueden ser algún tipo de barro.
La importancia de haber encontrado estos dos minerales radica en que estos sólo se forman en presencia de agua líquida, la cual pudo haber sostenido vida.
El explorador encontró también perclorato (unión que contiene cloro y oxígeno) que es una sustancia química oxidante y en la Tierra puede sustentar a algunos microbios.

A una altitud como la del sitio donde amartizó, se sabía que la sonda iba a estar privada de luz a medida que el invierno marciano se acercaba.
Al final, lo que causó el fin de Phoenix fue una tormenta de polvo que oscureció aún más los preciados rayos del sol.
Con tan poca energía en sus paneles solares, las baterías de la sonda se descargaban con regularidad, lo que evitaba que el robot pudiera calentar sus sistemas en temperaturas que se acercaban a los menos 100º centígrados.
No todo está perdido en Marte ya que los otros robots de la NASA, Opportunity y Spirit, continúan trabajando en los sitios ecuatoriales donde amartizaron hace cinco años.